Los aceites esenciales son sustancias concentradas y altamente aromáticas extraídas de plantas. A menudo se utilizan en aromaterapia y se cree que tienen propiedades terapéuticas. Algunas personas utilizan aceites esenciales para tratar la hipertensión, también conocida como presión arterial alta. Aunque hay poca evidencia científica concluyente sobre el uso de aceites esenciales para tratar la hipertensión, algunos estudios sugieren que ciertos aceites pueden tener un efecto beneficioso.

Uno de los aceites esenciales que se ha estudiado con mayor frecuencia en relación con la hipertensión es el aceite de romero. Un estudio de 2010 publicado en la revista “Phytotherapy Research” encontró que el aceite de romero puede disminuir la presión arterial sistólica (la lectura más alta) en personas con hipertensión leve. Otro estudio de 2013 publicado en la revista “Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine” también encontró que el aceite de romero puede ser beneficioso para reducir la presión arterial en personas con hipertensión.

El aceite de menta también ha sido estudiado en relación con la hipertensión. Un estudio de 2014 publicado en la revista “Journal of Cardiovascular Pharmacology and Therapeutics” encontró que el aceite de menta puede tener un efecto antihipertensivo en ratas. Otro estudio de 2018 publicado en la revista “Phytotherapy Research” también encontró que el aceite de menta puede tener un efecto beneficioso en la presión arterial sistólica y diastólica (la lectura más baja) en personas con hipertensión.

El aceite de lavanda también ha sido objeto de algunos estudios en relación con la hipertensión. Un estudio de 2016 publicado en la revista “Complementary Therapies in Medicine” encontró que el aceite de lavanda puede tener un efecto antihipertensivo en personas con hipertensión leve a moderada. Otro estudio de 2017 publicado en la revista “International Journal of Molecular Sciences” también encontró que el aceite de lavanda puede tener un efecto beneficioso en la presión arterial sistólica y diastólica en personas con hipertensión.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de estos estudios son pequeños y no siempre se han llevado a cabo en humanos. Además, los aceites esenciales deben usarse con precaución, ya que pueden ser tóxicos

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